🎢 Las cosas que se me rompieron contigo (y las que se arreglaron cuando te fuiste).

Hay relaciones que te hacen sentir mariposas. Esta no era de esas pero yo pensaba que era bonita, valoro más una amistad duradera y fiel que una pareja con muchas trabas. Esta era de las otras, que te hacen perder chaquetas, romper pantalones y dejarte la autoestima, en forma de vestido de un azul eléctrico precioso, olvidada en el armario de un hotel. Esto va de lo segundo. Y sí, con banda sonora de violines rotos. Quebrados por la agonía de alguien que sólo pensaba en sí mismo. Y seguro que sigue haciéndolo por los siglos de los siglos. Amén. Yo tenía un amigo, ni pareja, ni derecho a nada, sólo amigos. De los que ocupan espacio sin tener una etiqueta clara. De los que despiertan algo especial, pero también —sin querer— algo torcido. Con él me pasaba algo curioso: cada vez que viajaba a su lado, algo mío se perdía. Literalmente. Y no, no hablo solo de la paciencia. Viaje 1: El armario del olvido. Nos fuimos de escapada. Todo bien, todo bonito… hasta que volví a casa y me di cuen...