🚄 Viajar sola vs. los viajes sin testigos

Cuando viajas sola se nota. Cuando lo finges, también. La diferencia entre una aventurera y un egocéntrico con buen ángulo. Viajar sola es un arte. Y no me refiero a subir una foto con cara de misterio mirando al horizonte, con el pie de foto “Estoy en paz” y la ubicación desactivada. No, queridos, me refiero a coger tu mochila con ilusión y un pelín de nervio, reservar un tren sin saber si te toca ventanilla o tortícolis, comerte una tortilla en un bar lleno de señores mayores, y disfrutar como una reyna porque no le debes explicaciones a nadie. Últimamente, sin embargo, ha surgido una nueva especie muy peculiar: el viajero solitario de pega. No sabe hacerlo solo por mucho que quiera dar esa impresión. Esa persona que nunca muestra con quién va (aunque claramente no va sol@, porque no ha nacido con brazo extensible a lo Inspector Gadget o con rotación 360°), y que comparte fotos que podrían estar hechas en Bali, en Cuenca o en el pasillo de un hotel Ibis. Da igual, porque el cent...