🚄 Viajar sola vs. los viajes sin testigos

Cuando viajas sola se nota. Cuando lo finges, también. La diferencia entre una aventurera y un egocéntrico con buen ángulo.

Viajar sola es un arte.

Y no me refiero a subir una foto con cara de misterio mirando al horizonte, con el pie de foto “Estoy en paz” y la ubicación desactivada. No, queridos, me refiero a coger tu mochila con ilusión y un pelín de nervio, reservar un tren sin saber si te toca ventanilla o tortícolis, comerte una tortilla en un bar lleno de señores mayores, y disfrutar como una reyna porque no le debes explicaciones a nadie.



Últimamente, sin embargo, ha surgido una nueva especie muy peculiar: el viajero solitario de pega. No sabe hacerlo solo por mucho que quiera dar esa impresión.  Esa persona que nunca muestra con quién va (aunque claramente no va sol@, porque no ha nacido con brazo extensible a lo Inspector Gadget o con rotación 360°), y que comparte fotos que podrían estar hechas en Bali, en Cuenca o en el pasillo de un hotel Ibis. Da igual, porque el centro de la imagen es siempre él: piernas cruzadas, gafas de sol, expresión intensa de “conectando con mi yo más profundo”, y de fondo... un ficus desenfocado.


Y lo más inquietante: siempre está con él mismo. Así rezan sus pies de foto. 


Y tú te quedas pensando si eso es una performance conceptual, un error de Facebook o la soledad moderna.



📷 La anécdota real, sin postureo ni autoautoetiquetas.


Como ya os dije en un anterior post durante mi último viaje sola a Córdoba (sí, sola, sola, sin selfies con temporizador ni compañía fantasma), me encontré a una pareja mayor intentando hacerse una foto. Les ofrecí hacérsela, y a cambio, ellos me hicieron una a mí con la Mezquita de fondo. Un intercambio tan sencillo como maravilloso.

Porque sí, hay vida y personas más allá de tu ego.

Y no, no hace falta inventarse un pie de foto como “Aquí, reconectando con mi centro” mientras haces malabares para que no se te caiga el móvil desde la estatua donde lo has apoyado.


🎒 Viajar sola con 46 (y 0 tonterías)


Viajar sola con 46 no es una declaración de intenciones. Es un gustazo. Es desayunar tranquila sin oír “mamáaaaa”, es comer lo que te da la gana sin negociar con nadie, es andar sin rumbo por una ciudad preciosa, y si quieres pararte media hora a mirar escaparates de pendientes horteras o un puesto de tazas flamencas, pues lo haces. Porque no vas corriendo ni para gustar a nadie ni para dar envidia a tus 3 seguidores.


Y lo mejor: no necesitas explicarle a nadie por qué te haces fotos sola, porque la respuesta es muy simple: porque te da la gana. Punto.


🧪 Lista sarcástica: Cosas que haces cuando viajas sola (de verdad).


Pides que te hagan una foto y agradeces el encuadre torcido con toda tu alma.


Te comes una tortilla en un bar con una sonrisa y una cerveza con limón. Sin compartir.


Te sientas al sol en un puente y sientes que estás dejando atrás cosas que ya pesan.


Le haces fotos a calles estrechas mientras despliegas un pañuelo como si fuera una bandera de libertad (porque lo es).


Te emocionas con una canción nueva para tí  que suena en la calle, y no le tienes que poner “shazam” a nadie.


Pisas fuerte. Como si tuvieras 20, pero con 26 años de experiencia más. Y anda que no se nota.


🤳 Cosas que haces cuando finges que viajas solo para alimentar tu perfil de viajero místico.


Subes una foto mirando a lo lejos con caption críptico tipo: "El camino me llevó donde debía estar."


Te etiquetas a ti mismo. Literalmente. Constantemente y cansinamente.


Haces fotos de la comida con filtro crema pastel y encuadre de catálogo. Tú no has tocado esa ensalada.


Pones “Off” a la ubicación porque “el sitio es lo de menos, lo importante es el viaje interior.” Jajaja.


Haces como que vas solo pero no cuentas que tu prima, tu amigo o tu pareja están fuera de plano aguantando la mochila, el móvil y ya de paso tus tonterías. 


Te haces fotos como si fueras una estatua de mármol reflexiva, pero te las ha hecho la pobre que va de tu brazo tras 4 intentos y un “no sé si ha salido bien”.


🧚‍♀️ Conclusión:


Viajar sola no es un acto heroico ni una tendencia. Es una manera de estar contigo sin necesidad de convertirlo en un eslogan.

No es un “yo, yo y yo” para Instagram.

Es un “yo, la tortilla, y el sol de las cinco de la tarde” que no necesita validación.

Y si me saco una foto, no es para demostrar nada. Es porque me gusta verme en sitios donde soy feliz. Y punto.


Gracias, de verdad. No por lo que hiciste, sino por lo que me haces escribir. Inspiras más de lo que aparentas... aunque no era tu intención, claro.

No me has sido útil emocionalmente, pero oye... literariamente, eres oro puro.


Una canción:

🎶 Manuel Carrasco - Mujer de las mil batallas.




Himno a la fuerza y autenticidad femenina. Perfecta para quienes viajan solas, se enfrentan al mundo y no necesitan a nadie que les haga la foto para demostrarlo. Y más cuando lo llevas haciendo desde que tenías 30 años. 


Una película:


📽 Bajo el sol de la Toscana (2003) de Audrey Wells 🎬




"La vida te ofrece infinidad de oportunidades... sólo tienes que escoger una".

¿Te has divorciado, te han dejado sin inspiración y te sientes como si la vida te hubiera dado una patada en el estómago? Pues, ¿por qué no comprar una casa en la Toscana? Eso fue lo que hizo Frances Mayes, una escritora de San Francisco que, tras un doloroso divorcio, decide que la mejor manera de superar su crisis existencial es adquirir una villa en ruinas en medio de la campiña italiana.

Armada con una paleta de colores pastel y una actitud decidida, Frances se embarca en una aventura de restauración que no solo transformará su nuevo hogar, sino también su vida. Entre reformas, nuevos amigos y un romance inesperado, descubre que, a veces, para sanar el corazón, basta con un cambio de escenario y una buena dosis de vino tinto. 🎥


Una frase:

"No hay mayor libertad que ser tú misma sin necesidad de testigos ". - Isabel Allende.

Comentarios

Entradas populares de este blog

👀 La vigilante vigilada, el gran teatro de la seguridad privada

🪞 Metamorfoseando: arrugas y canas Endgame

🕌 Córdoba para una influencer en prácticas (pero con arte y hambre)